Adiós a la hospitalidad, hola a la comodidad
Jul 02, 2025
- Cuando nuestra atención está en las redes sociales y no tenemos tiempos de comunión con Dios y con otros, experimentamos tristeza, temor e inseguridad.
- La satisfacción momentánea que traen las redes sociales es un ídolo a la comodidad.
- El creyente debe negarse a sí mismo y cortar todas las cosas que le desenfocan de su servicio y de su amor a Dios.
- Las redes sociales promueven el altruismo y dejan de lado el servicio.
- Las redes sociales no nos dirigen a los más necesitados.
- El verdadero cambio sucede al despojarnos de la holgazanería, ver el ejemplo de Cristo y revestirnos de hospitalidad.
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Adiós a la hospitalidad, hola a la comodidad
Por Gaby Puente
¿Has tenido uno de esos días tristes y difíciles donde los ataques de Satanás parecen estratégicamente configurados para llevarte a la desesperanza, la ira y la victimización? Yo sí. De hecho, hoy fue uno de esos días: hace algún tiempo comencé a intercambiar, con sutileza, mis tiempos de oración y lectura de la Palabra por el consumo de reels e historias de Instagram. Entonces, mi dopamina, reservada para los dulces tiempos con Cristo, fue administrada a través de esta red social, que como una droga te atrapa con un sin fin de imágenes y tips para perder el tiempo. Lo triste de esto es que, cuando uno la consume, es difícil dejarla.
Al verme desde una posición de testigo, en lugar de protagonista, me he dado cuenta de que las redes sociales son el medio para que el ocio y la comodidad se conviertan en los ídolos que mi corazón adora para encontrar placer y descanso. Instagram me coloca como dueña suprema de mi tiempo, mi intelecto y mis energías; me hace la más importante de la habitación; olvida la presencia de Dios; minimiza la oración; la lectura de la Palabra y me empuja a buscar refugio cada vez que hago scroll. Aunque esta actividad parezca inocente, destruye la perseverancia, aniquila la paciencia e inyecta un sentido falso de felicidad y bienestar por medio de la distracción, evasión de los deberes y responsabilidades diarias.
El ídolo de la satisfacción momentánea
Escribo este artículo un día después de tomar la decisión de cerrar mi Instagram por un período indefinido de tiempo y al caer en cuenta de que no solo era una distracción, sino que ya se había convertido en un escape y un refugio de la monotonía. En sí, las redes sociales no son malas, pero nuestro engañoso corazón puede convertirlas en un medio para construir nuestro reino y ponernos en el centro del universo. Una de las principales evidencias de esta realidad es que utilizamos Instagram o Facebook para alimentar el ídolo de la satisfacción momentánea y, como todo ídolo, demanda un sacrificio: nuestra relación con Dios y el gozo de servir a otros.
Una negación a la holgazanería
En la Biblia vemos un llamado a trabajar con esfuerzo y disciplina en todo lo que hagamos e Instagram es un medio para la holgazanería, la pereza y el egoísmo, si no se utiliza de manera correcta y consciente. De la misma manera, la Palabra de Dios nos advierte que el necio no se prepara para peligro y, al venir la tentación, se deja llevar sin ninguna resistencia (Pr 22:3). Si queremos ser sabias, debemos conocer la peligrosa influencia que tienen las redes sociales en nuestro corazón al promover el altruismo, alejarnos del servicio, enfocarnos en la comodidad y minimizar las necesidades de otros.
¿Te das cuenta de que necesitamos arrepentimiento? Jesús dijo: «Y si tu ojo te hace pecar, arráncalo y tíralo. Es mejor que entres en la vida con un solo ojo, que teniendo dos ojos, ser echado en el infierno de fuego.» (Mt 18:9). Esta imagen nos muestra que muchas veces requerimos medidas extremas frente al pecado. Richar Baxter afirmó: «Cuanto más tiempo demores en confesar y arrepentirte del pecado, más se fortalece y se enraiza. Si no puedes doblar una rama, ¿cómo podrás hacerlo cuando se convierta en un árbol?».
De la holgazanería a la hospitalidad
Efesios 4:22-23 nos muestra el cambio bíblico de despojarnos del pecado, renovar nuestra mente y revestirnos del nuevo hombre, pero para que nuestro tiempo sea bien administrado, no solo necesitamos arrepentirnos y negar todas esas rutinas que nutren nuestro ego, sino que tenemos que pensar en verdades bíblicas que dan como resultado hábitos que sí agradan a Dios.
Piensa por un momento: las redes sociales te ofrecen «comunidad y relaciones», pero sin relacionarte verdaderamente con las personas, porque todos los perfiles solo son una proyección escogida, pintada y editada de sus usuarios. Dios no nos manda a servir a perfiles de Instagram, por el contrario, nos exhorta a servirle a personas reales que se encuentran en nuestra iglesia y comunidad local, aquellas hechas a imagen y semejanza de Dios, con dones, personalidades, pecados, necesidades y experiencias. Esto requiere sacrificio, pero la recompensa es el testimonio de un carácter probado, humilde, amoroso, de convicciones firmes, íntegro y piadoso, lo cual es diferente a la comodidad de crear un grupo de chat en WhatsApp y decir: «estoy pendiente», pero sin la necesidad de compartir con otros.
El verdadero alimento de la hospitalidad
Finalmente, Cristo es nuestro ejemplo de hospitalidad y negación. Piensa en cómo te dio la bienvenida a su pueblo y te rescató de la tiranía de la idolatría al dar su vida en la cruz. Hermana, no vuelvas más a encontrar paz y comodidad en la autosatisfacción de la que Cristo ya te sacó; no desperdicies el alto costo de su sacrificio al gastar tu tiempo en cosas inútiles que no tienen ningún beneficio eterno para tu alma: «El que vive aislado busca su propio deseo, Contra todo consejo se encoleriza.» (Pr 18:1).
La verdadera hospitalidad es servir a otros y aligerar su carga, por lo que el llamado del cristiano es negarse a sí mismo, tomar su cruz, seguir a Cristo y amar a otros, ¿cómo? Pues, por medio de la contemplación de Cristo al recordar a los presos, maltratados, necesitados, extranjeros, invitados y a todo aquel que quiera un refugio como nos manda en Hebreos 13:1-3.
Al entregar nuestro tiempo, energía y atención a las redes sociales, negamos la existencia de nuestros hermanos cristianos; de nuestra familia, de nuestros amigos, de nuestro pastor; del señor de la tienda que necesita a Cristo, de nuestro compañero de la universidad que no encuentra satisfacción en su vida liberal; de la mujer con cáncer que necesita compañía; de la madre que acaba de perder a su hijo o de la pareja que acaba de dar la bienvenida a sus dos gemelos y ha pasado largas noches sin dormir. La satisfacción momentánea que obtenemos al pasar tiempo frente a la pantalla solo alimenta nuestro orgullo, acaricia nuestro egoísmo y, a largo plazo, nos hace miserables.
Aprende
- ¿Cómo defines la hospitalidad y cómo el uso de las redes sociales puede matarla?
- Lee Hebreos 13:2 y Lucas 7:44-46 y responde: ¿qué es lo contrario a la hospitalidad?
Vive
- Haz una lista de las maneras en las que las redes sociales han reemplazado oportunidades para servir en tu iglesia local.
- Ora a través de ella utilizando los siguientes versículos:
- Hebreos 13:2
- Efesios 2:10
- Proverbios 14:3
- Lucas 14:13
Lidera
- Cada vez que entres a redes sociales decide escribir, llamar o visitar a una persona de tu iglesia y pregúntale qué es lo que le trae ánimo.
- Una vez al mes puedes llevar una comida a alguien, enviar un versículo o programar una llamada.
Recursos
https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/como-practicar-la-hospitalidad-biblica/
https://www.youtube.com/watch?v=YOBEG9-5htw&list=PLWFthV4L0yEmN_boEvLhiC1ai2gfFOHq2
https://www.gotquestions.org/Espanol/aprovechandose-de-usted.html
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