Suscríbete

Jesús no cuida a sus discípulos

cuidado discípulos esperanza evangelio jesús llamado terrenal May 10, 2023
Jesús no cuida a sus discípulos
  • Seguir a Cristo como discípula no siempre se verá lujoso, alegre y sin sacrificio, tanto espiritual como físicamente. A pesar de ello, ¿estarías dispuesta a seguirlo?
  • Los judíos esperaban a un Mesías que los salvara de la opresión romana porque no creían que necesitaban un nuevo corazón para adorar a Jesús y creer en Él.
  • Muchas de nosotras creemos que ser discípulas de Cristo es sinónimo de obtener bendiciones materiales, éxito, alegría y privilegios. Sin embargo, no es así.
  • Los aplausos de los hombres o el privilegio de servir a otros al servir a Cristo no es verdaderamente el llamado, sino creer en Cristo para ser como Él.

 

No pierdas la oportunidad de convertirte en una mujer fortalecida en el Señor.
Descarga aquí recursos bíblicos gratuitos que te guiarán a una relación profunda con Él.

 

Jesús no cuida a sus discípulos

 Recuerdo que en una ocasión conocí a una joven que consideraba tener un llamado muy especial y particular de Dios: ser escudera y discípula de una líder religiosa importante en su país. Puedo recordar su emoción como si tal privilegio de acompañar a esta líder y ser enseñada por ella a través de servirla fuera el premio mayor que, por consiguiente, traería bendición de Dios a su vida. Esta joven disfrutaba de viajes, libros gratis, comidas gratis, conocer a ciertas personalidades religiosas importantes y enterarse de información confidencial, por así decirlo, de la líder y de otros. Todo esto le daba un sentido de valor, utilidad y hasta de identidad.

Hoy me pregunto qué pasaría si Jesús la llamara a ser seguidora de Él, si la llamara a andar con Él de día y de noche, sin asegurarle un hotel cómodo al viajar o un medio seguro para transportarse, sin la certeza de tener comida abundante ni de conocer personas importantes. ¿Acaso ella iría y aceptaría este llamado como bendición? Creemos que esto solo sucedió en el tiempo de Jesús por la época, pero la realidad es que hoy en día sigue siendo igual, quienes son llamados a seguir a un líder han tergiversado lo que esto significa. 

Imagina, ¿qué habrán pensado las familias de los discípulos al ser llamados por Jesús? ¿Cómo veían los gentiles y judíos al equipo de este Jesús, quien se proclamaba como el Mesías? ¿Será que por eso todos se apuntaban a seguir a Jesús, al ver cómo disfrutaban de fama, cuidado, comida y reconocimiento? Exploremos esta idea y evaluemos cómo reaccionamos hoy ante este mismo panorama. Imagínalo así: si Jesús tuviera redes sociales y lo vieras pedir esto, ¿lo seguirías o lo cancelarías? 

Llamado

En Mateo 4:18-22 encontramos el llamado de Jesús a sus discípulos, diciéndoles: “Vengan en pos de Mí, y Yo los haré pescadores de hombres” (v 19). Seguramente, Jesús causó gran impacto en ellos porque la Biblia dice que ellos hicieron “al instante” lo que Él les dijo y lo siguieron (v 20). 

En los pasajes siguientes encontamos que la fama de Jesús y su equipo se extiendió tanto para los admiradores como para sus detractores los judíos. Antes de que pienses en lo terrible que son los judíos por criticar a Jesús, piensa por un momento en lo siguiente: Jesús reúne un equipo que, a los ojos de muchos, no es el más apto. Luego, empieza a realizar milagros, enseña el sermón más largo e importante que contradice la tradición, el Sermón del Monte, y sana enfermos. Todo esto para la enseñanza de los discípulos que aún no comprendían bien todo lo que estaba sucediendo, y bajo el escrutinio de los judíos que esperaban un error para juzgarlo porque nadie entendía cuál era el llamado y como este se veía.

Sanidades y milagros

Los discípulos fueron testigos de los milagros y sanidades; incluso, Jesús sana a la suegra de Pedro que estaba enferma (Mt 8:14-15). Algunas personas hoy juzgarían a Jesús por no permitir a Pedro quedarse a cuidar a su suegra.

De entre la multitud que está admirada por los milagros, un escriba lo reconoce como Maestro y le promete seguirlo a donde sea. Jesús, quien todo lo conoce, respondió con el resultado de seguirlo: “el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (v 20b). Otro se le acerca diciéndo lo mismo, pero que lo espere porque irá a enterrar a su padre, y Jesús le responde: “Ven tras Mí, y deja que los muertos entierren a sus muertos” (v 22).

— ¡Qué insensible es Jesús! ¡Qué demandante! ¿Acaso no tiene sentimientos?— cualquiera podría pensar. O ¿no lo pensarías tú hoy si fueras parte de esa multitud? 

Los enemigos de Jesús

Es aquí donde nuestra serie “Cancelando a Jesús” toma sentido. Es muy fácil leer las Escrituras hoy con nuestros ojos religiosos que no disciernen nuestro corazón. Hoy en día, los sentimientos parecen ser la autoridad para decidir lo que es bueno y malo; el materialismo entre los cristianos toma relevancia cuando creemos que las bendiciones son sinónimo de cosas materiales; y la comodidad que las redes sociales nos proveen para obtener algo con un clic nos ha cambiado la perspectiva del costo de seguir a Cristo, de ser sus discípulos y comprender la verdad del mensaje que Él nos ha dado para salvación.

Los judíos creían que la bendición de estar con Dios, y en este caso, de conocer al Mesías que los liberaría de la opresión romana, se vería diferente. La Biblia dice que los judíos no le creyeron a Jesús, sino que endurecieron su corazón porque no comprendieron su mensaje: arrepentirse de sus pecados, creer en Él y seguirlo para que Dios nos regale vida eterna. 

El costo de seguir a Jesús

Seguramente cancelaríamos la cuenta de Jesús si solo leyéramos estos versículos que citamos porque la cultura nos ha permeado de tal manera que no vemos todo el propósito de la primera venida de Cristo y su mensaje. El costo de seguir a Cristo es contrario a lo que hoy vemos y creemos que es bendición. Jesús lo dijo claramente a sus discípulos antes de ser crucificado a causa de los pecados de la humanidad.

Nota lo que les dice: “Los expulsarán de las sinagogas; pero viene la hora cuando cualquiera que los mate pensará que así rinde un servicio a Dios. Y harán estas cosas porque no han conocido ni al Padre ni a Mí. Pero les he dicho estas cosas para que cuando llegue la hora, se acuerden de que ya les había hablado de ellas” (Jn 16:2-4). También les dice: “El que no carga su cruz y me sigue, no puede ser Mi discípulo. Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todas sus posesiones, no puede ser Mi discípulo” (Lc 14:27, 33).

Estas verdades también las observamos en la vida de Pablo, tiempo después de que Jesús resucitara y regresara al Padre. Pablo dice: “No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación. Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad. En todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad” (Fil 4:11-12).

¿Puedes ver que el costo de seguir a Cristo no es la comodidad en este mundo, tampoco una vida sin problemas o el aplauso de los hombres ni una vida sin lucha económica? Pablo dijo que en los postreros días, aquellos que han negado el poder de Dios para transformarlos a la imagen de Jesús, serán amadores de sí mismos, avaros, desenfrenados, envanecidos, amadores de los placeres de esta vida, en vez de amar a Dios. Quizás, como los judíos, que no comprendieron el mensaje del evangelio y endurecieron su corazón para no creer. 

Dios nos ha dado promesas maravillosas de su cuidado, protección, amor, provisión, paz, gozo, identidad y sentido a nuestras vidas en la obra y persona de Cristo Jesús, no quiere decir que no disfrutemos de bendiciones terrenales, Él provee según su plan y providencia, sin embargo, debemos saber que la verdadera marca de un discípulo de Jesús no son los bienes materiales que posee, su éxito, aplauso de los hombres, comodidades terrenales o privilegios religiosos, sino el ser llamados hijos de Dios cuya promesa más grande es saber que viviremos con Él eternamente, mientras nos está cambiando a Cristo para vivir en este mundo con la esperanza de su segunda venida. ¿Dices “amén”? ¡Amén!

 

Aprende

Según la lectura, ¿qué aprendes de ser un discípulo de Cristo?

Vive

Lee Juan 15 y subraya todo lo que identifica a un discípulo de Cristo. Luego, subraya con otro color todo lo que Cristo promete. Finaliza orando al Señor para que te ayude a atesorar más a Cristo, seguirlo en sus términos y confiar en Él.

Lidera

¿De qué manera puedes mostrar a otros que eres un discípulo de Cristo?

 

Recursos

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/costo-seguir-jesus/

https://www.avivanuestroscorazones.com/joven-verdadera/blog/toma-tu-cruz-y-sigueme/ 

 

¡Únete Reformadas hoy!

Y accede a los estudios Bíblicos gratuitos que satisfacen tu alma y aumentan tu fe.

¡Da clic aquí!