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El Siervo Sufriente

Mar 04, 2021

Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes, y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte, y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos, e intercedió por los pecadores.

(Isaías 53:12)


Una buena mayoría de las personas en el mundo celebra Navidad, sin reparar que este es solo el principio de la historia de redención, una historia completa, que comienza con el nacimiento de Jesús, luego su ministerio, después su muerte y finalmente termina con su resurrección. El plan completo de salvación culmina en la resurrección, pero muchos se quedan solo en el nacimiento. La Cuaresma nos da la oportunidad de en- tender la relevancia de la cruz para la vida y la resurrección la esperanza para hoy y la eternidad.

Isaías escribió extensamente acerca de esto. Él celebraba y esperaba con ansias el nacimiento del Salvador. Pero sabía que era Su muerte la que trae- ría la salvación esperada. Isaías tiene cuatro Canticos al Salvador o Siervo, están en 42:1-9; 49:1-13; 50:4-11; 52:13 y 53:12. El versículo central de hoy nos muestra que el Salvador vendría como siervo sufriente, como alguien que moriría por los pecados de todos. Que sin ser transgresor o pecador es tratado como tal, pero solo de esta manera carga en sí mismo nuestro pecado e intercede por nuestra salvación.

Cristo nació con la cruz en el corazón. Con Su muerte como el propó- sito de Su vida. Dios encarnado se daba como sacrificio a sí mismo, como pago por el pecado del mundo. Su vida perfecta que proclamaba las bue- nas nuevas sería dada como único sacrificio aceptado por Dios para justicia y perdón de pecados. Mucha gente se burló y lo trató mal (Isaías 53:4), aun cuando no tenía pecado. Cristo experimentó ese castigo eterno que tú y yo merecemos por nuestros pecados al dar Su vida en la cruz.

Pero la muerte no sería el fin. Isaías dice que lo que hace y logra con Su muerte, lo exaltó. Su muerte es en realidad el acto magistral de Dios, el pináculo de este plan de salvación que Dios creó desde la eternidad pasada. La cruz, y no el pesebre, es ese momento espectacular en donde la gloria de Dios brilló con mayor esplendor. Su muerte trajo vida y glorificación, donde Él y solo Él recibe la honra. Él es el único y suficiente Salvador. Corona des- pués de cruz. Luz después de oscuridad. Vida después de muerte.

Nuestra mayor fuerza y esperanza están en la cruz. Aferrémonos a ella. Cristo es muerte al pecado y resurrección para vida eterna. Tomemos la cruz a diario. Mientras más entendamos el propósito misericordioso de la cruz, más podremos entender la realidad de nuestra traición al pecar.

Vivamos la Cuaresma con los ojos hacia la cruz.

Aprende

  • Lee Isaías 50:6, 52:14 y 53:12. Según estos versículos, ¿cómo fue el sufrimiento de Jesús?
  • ¿Con qué propósito se sacrificó en la cruz?

 

Vive

  • Medita en cada acto de amor que Jesús hizo por ti y por tu salvación. Recuerda que Él tomó tu lugar en la cruz y sufrió por ti.

 

Lidera

  • En este día, comparte con tus amigos y familiares los actos de amor que Jesús hizo por ellos, sin olvidar que los hizo voluntariamente.

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