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El sufrimiento y la esperanza en Cristo

Aug 13, 2021

El sufrimiento es universal. Todo ser humano ha sufrido, está sufriendo o está a punto de sufrir y el sufrimiento tiene el poder de exponer aquello en lo que has confiado, porque siempre estará anclado a dos respuestas: desesperanza o esperanza, en qué o en quién confías. Dios usa el sufrimiento para mostrarnos cuán necesitadas somos, que no tenemos control alguno y que la independencia de Dios es una ilusión.

¿Por qué sufrimos?

El sufrimiento es difícil. Si tan solo Adán y Eva hubiesen visto la consecuencia de su desobediencia a Dios (Gen 3) la historia sería distinta. Hoy sufrimos porque vivimos en un mundo caído, nuestros cuerpos y alma fueron corrompidos por el pecado cual plaga dentro de nosotras (Ro 5:17-21). El pecado distorsionó la manera en la pensamos de nosotras y de Dios, como nos tratamos, valoramos y hablamos unos a los otros; y nos alejó de una relación con Dios.

 

Pero Dios,

No nos dejó en nuestros delitos y pecados, sino que se encarnó en Jesús al tomar forma de hombre para padecer como hombre por nuestro pecado y salvarnos (Fil 2:4-9; 1 Co 5:21). Es gloriosa esta verdad, pero aún vivimos en estos cuerpos mortales que se enferman, y con residuo de pecado en nuestros corazones; y aun vivimos en un mundo injusto que ignora a Dios; por eso experimentamos aflicciones.

 

¿Cómo respondemos humanamente al sufrimiento?

Paul Tripp en su libro, Sufrimiento nos enseña algunas formas equivocadas de responder que nos hacen mucho daño y nos alejan de Dios:

 

Teología errónea

Teología es el estudio de quién es Dios, qué ha hecho, cómo obra y de cómo el hombre le puede conocer y responder.  Entonces, tu teología sobre Dios está equivocada cuando dices: estoy sufriendo porque Dios me está castigando por mi pecado, porque la biblia dice que toda culpa, pecado y castigo fue llevado por Cristo en la Cruz por ti; por tanto, no hay más condenación para ti, (Ro 8:1-4). Por lo tanto, nuestro sufrimiento es formativo, no condenatorio.

Duda

El sufrimiento más que cambiar nuestro corazón, expone lo que siempre ha estado dentro de él. Las pruebas revelan tus pensamientos, lo que más deseas, lo que le ha dado sentido a tu vida, y en qué está puesta tu esperanza. Pero, sobre todo, expone cuál es tu relación con Dios. El sufrimiento expondrá tus dudas sobre lo que has creído de Dios para contigo, y aunque dudar no es pecado, dónde llevas esa duda es lo que te traerá esperanza o desesperanza a tu corazón.

Expectativas irreales de otros

Olvidamos muy seguido que vivimos con otros pecadores que están luchando como nosotras con su pecado. Voltearte a otros para paz, identidad, sentido, esperanza, felicidad, o esperar que no fallen es tan irreal como que un pez puede sobrevivir sin agua. Solamente hay un Salvador en Quien podemos confiar y esperar siempre, otro ser humano no lo es.

Orgullo

Estar muy confiadas en nuestras habilidades, esfuerzos y dones. Nada controlamos, nada es nuestro y nada podemos hacer apartadas de Cristo. Cuando olvidamos que todo se trata de Cristo, el orgullo toma lugar y éste siempre nos llevará al dolor.

Materialismo

Cuando ponemos nuestra seguridad y esperanza en las cosas materiales, una casa, posesiones, e incluso la salud de nuestros cuerpos; o en un trabajo, cuentas bancarias, un plan de retiro, o tu carrera. Estas son cosas efímeras que puedes perder sin quererlo o sin pensarlo, por lo que es absurdo poner tu identidad en ellas.  Todos buscamos estar asegurados en algo, pero la biblia nos llama a poner esa seguridad en Cristo Jesús.

Centralidad en nosotras

Quizás la más importante y la antítesis del evangelio es creer que todo se trata de nosotras. El ADN del pecado, es el egoísmo. El egoísmo nos hace víctimas de las circunstancias, y no victoriosas por tener a Cristo. Nos hace demandantes y no servidoras. Pero la realidad bíblica es que todo se trata del que sufrió injustamente por nosotras: Cristo.

La verdadera esperanza: Cristo

“Cristo que vive en ustedes es la esperanza de gloria”, Col 1:27. Solamente la esperanza que no perece -porque es Una Persona- es verdadera seguridad, confianza y fidelidad para atravesar las circunstancias dolorosas. Solamente por la obra de Cristo podemos estar confiadas en que somos salvas para siempre. Nuestras aflicciones tienen sentido y propósito cuando Ro 8:29 nos dice que fuimos escogidas para ser hechas a la imagen de Su Hijo. Cada aflicción está tallando el corazón y la mente de Cristo en nosotras, porque pertenecemos al Reino de Dios. ¡Que gloriosa es esta verdad!

¿Cómo perseveramos en el sufrimiento?

-Orando (1 Tes 5:17)

-Confiando (Sal 20:7)

-Esperando (Sal 130:5)

-Agradecimiento (Sal 30:12)

-Compartiendo con otras (Col 3:15-16)

-Consolando a otras (2 Co 1:3-4)

-Leyendo Su Palabra (Sal 119:97)

En lugar de quejarte y darle paso a la amargura, busca consejo sabio y no desmayes porque, ninguna aflicción es para siempre. ¡Tu vida está sostenida por la Obra y Persona de Cristo en los Cielos, donde nunca más habrá sufrimiento! 

 

“Y Él me ha dicho: «Te basta Mi gracia, pues Mi poder se perfecciona en la debilidad», 2 Co 12:9.

APRENDE

Todas sufrimos, pero la enseñanza es a quien debes llevar tu sufrimiento y en quien debes tener esperanza. Ningún sufrimiento es eterno, porque Cristo ya llevó todo el castigo del pecado para que tu sufrimiento en esta tierra sea momentáneo. Tu eternidad está marcada por Su Sangre que te asegura felicidad eterna. Hoy, aún con vestigios del pecado, sufrimos, pero con la mirada puesta en el Autor y Consumador de la fe para ser como Él; sufrimos con propósito y sentido.

VIVE

Lleva un diario de oración para escribir tus peticiones, pero también lo que Dios te va enseñando en medio de la dificultad.

Busca los salmos de lamento en tu biblia, y conviértelos en una oración.

Lee la carta de 1 de Pedro todos los días y subraya las veces que habla del sufrimiento y de la obra de Cristo.

LIDERA

Acércate a otras mujeres que están pasando por sufrimiento, ora por ellas y hazles saber que lo haces.

Organiza a otras amigas para ayudar a aquella hermana que está necesitando ayuda material, en casa o con sus amigos, de manera que alivies sus cargas

Toma el tiempo de leer la Palabra con otras, o algún libro sobre el carácter de Dios, el sufrimiento o la esperanza del evangelio para acompañarle y consolarla.

RECURSOS

https://somossoldados.org/encontrando-consuelo-en-medio-del-sufrimiento/

https://somossoldados.org/el-sufrimiento-de-la-creacion-y-nuestro-sufrimiento/

https://lifewaymujeres.com/agradecida-en-el-sufrimiento/

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