Suscríbete

Con Cristo hasta la muerte: La historia de perpetua

cristo dios fe gozo iglesia primitiva muerte mártir mártires en la fe padre primeros cristianos Jan 03, 2024
Con Cristo hasta la muerte: La historia de perpetua
  • Perpetua fue una mujer cristiana de los primeros años de la iglesia primitiva. 
  • Perpetua estaba casada, con un recién nacido y en vísperas de ser bautizada.
  • El emperador la encarceló junto a su esclava y sus amigos por ser cristiana.
  • El padre de Perpetua le rogó que negara a Cristo para ser liberada de la cárcel.
  • Perpetua no accedió. Ella insistió en que Dios cuidaría de ella y de ellos.
  • En el día de su ejecución, el emperador le pidió hacer un sacrificio para él, pero Perpetua se negó.
  • Ella murió de manera cruel, lastimada por fieras salvajes y a espada en la arena del Coliseo.
  • Su testimonio de fe y valentía se sigue contando, pues a pesar de tener un bebé, permaneció fiel a Cristo.
  • Ella confió en el Señor esperando el día de estar con Él porque amaba profundamente a Jesús.
  • Su historia fue motivo de sermones de padres de la iglesia como Agustín. 
  • Ella no negó a Cristo ni adoró al emperador, lo pagó con su vida porque Cristo ya había pagado por la suya.

 

¿Quieres servir mejor a Dios? ¡Prepárate a través del estudio de su Palabra!

¡Nosotras te ayudamos! Descarga aquí recursos bíblicos gratuitos.

 

Con Cristo hasta la muerte: La historia de perpetua 

Perpetua es nuestra mujer de fe con la historia más antigua. Su historia nos asombrará en cómo el amor de Cristo nos transforma. Muchas de nosotras nos impresionamos con la vida del apóstol Pablo que, en sus cartas llamadas «de prisión», enseña que el amor que él tenía era propulsado por su fe en Cristo. Sin importar dónde se encontrara, él no negaba a su Salvador y siempre hablaba de su Señor para que otros vinieran a Jesús. El ejemplo de Perpetua es muy parecido, con la diferencia de que su vida inició 200 años después de la muerte de Pablo y en condiciones diferentes, ella era una mujer creyente de clase alta.

¿Quién fue?

No se tiene mucho material de Perpetua, gracias a su diario y al de otro prisionero se puede conocer un poco de su historia, lo suficiente para escribir de ella unos miles de años después. Se cree que nació en Cartago en 180 d.C. y murió en el año 203 d.C., bajo el reinado de Séptimo Severo, quien ejecutaba a todos los nuevos creyentes de maneras crueles o encarcelándolos.

Ella vivía junto a su esposo, su bebé y su esclava Felicidad o Felicitas. Debido a que nunca negaba su fe, fue capturada para encarcelamiento junto a cinco cristianos que se preparaban para ser bautizados. Ella vivió bajo un imperio déspota y cruel hacia los cristianos, solo por socavar el patriotismo romano. ¿Algún parecido en la actualidad? Conozcamos su historia. 

¿Cuál es su historia?

Como he mencionado, no se sabe mucho sobre ella, tan solo por los escritos de los padres de la iglesia y porque Agustin predicó sobre su muerte en alguno de sus sermones. No cabe duda que fue recordada y tenida en alta estima por mostrar una gran fe en medio de la persecución.

Cuando su padre se enteró que había sido encarcelada la fue a visitar para convencerla de negar a Cristo, y así, salvarse. Ella respondió: «Padre, ¿ves este jarrón aquí?», respondió ella. «¿Podría llamarse por otro nombre que no sea el que es?». «No», respondió. «Bueno, tampoco se me puede llamar otra cosa que lo que soy, una cristiana». En su diario ella relata este encuentro con él, agregando: «Al oír la palabra “cristiana”, mi padre se lanzó sobre mí y trató de arrancarme los ojos, pero solo me golpeó un poco, pues mis compañeros lo detuvieron… Yo di gracias a Dios por el descanso de no ver a mi padre durante algún tiempo… En esos días recibí el bautismo y el Espíritu me movió a no pedir más que la gracia de soportar el martirio”».

En los siguientes días, se le permitió amamantar a su bebé. Cuando su padre nuevamente la visitó, literalmente implorándole que se apiadara de sus canas y dolor, se arrojó a ella con besos para convencerla de regresar a la cima de la vida que él le había dado, al punto que la tildó de orgullosa por pensar solo en ella y avergonzarlo por ser padre de una cristiana encarcelada. Aunque la actitud de su padre la conmovió, no desistió. Ella respondió: «Las cosas sucederán como Dios quiera en el banquillo del prisionero, ya que usted puede estar seguro de que no hemos sido abandonados, sino que todos estamos en su poder».

Llegó el día de su audiencia, como si ser cristiano en verdad fuera un crimen. Interrogaron a todos los amigos de Perpetua, y así como ella, se negaron a hacer un sacrificio de adoración al emperador. El padre irrumpió en ese momento con el bebé de Perpetua en sus brazos gritando: «¡Ten piedad de tu bebé!». Perpetua simplemente respondió: «No lo haré». «¿Eres cristiana entonces?», preguntó el gobernador. «Sí, lo soy», respondió Perpetua. 

Así que el emperador había escuchado suficiente de este drama, por lo que ordenó a los soldados que la golpearan hasta que guardara silencio. Luego condenó a Perpetua y a sus amigos a morir en la arena. ¿Recuerdas la película de Gladiador? Esa es la arena a la que entraron vestidos de túnicas con un cinturón con las bestias salvajes y gladiadores que los perseguían por todo el lugar. Una novilla salvaje tiró por el aire al grupo que incluía a Felicidad, mientras Perpetua la ayudaba, ella misma fue arrojada al aire cayendo ensangrentada boca arriba. Un leopardo fue liberado con el fin de terminar con esta masacre a la viva voz del pueblo que clamaba ver sangre y muerte a los cristianos.

No esperaron mucho. En vista de que no morían, cada uno fue asesinado a espada de los romanos bajo el aplauso y el regocijo de la audiencia, y por supuesto, de la celebración del emperador, pues su voluntad había sido hecha. Perpetua es considerada una mártir junto a sus amigos, Felicidad o Felicitas, Revocato, Saturnino y Saturo. Ellos fueron ejemplo de una fe inquebrantable y de una valentía asombrosa frente a la creación animal de Dios y a otros hombres creados a la imagen de Dios, pero con corazones duros contra Dios.

¿Qué podemos imitar de ella?

Seguramente dirás, qué linda historia, pero eso ya no sucede ahora, al menos no de este lado del planeta. Sin embargo, considera que el énfasis de la historia no es la forma en la que murió, sino cómo su fe fue probada y mostrada al mundo. Al leer su historia comprendí con mayor amplitud el pasaje que dijo Jesús: «El que ama al padre o a la madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama al hijo o a la hija más que a mí, no es digno de mí. Y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará» (Mt 10:37-39).

El amor a Cristo se refleja en la lealtad a la salvación tan maravillosa e inmerecida que nos ha dado. Aunque si bien es cierto, como Perpetua, no deshonramos a nuestros padres no creyentes ni a nuestras suegras (si es el caso), no podemos amarlos más que a Dios al punto de no compartirles de Cristo o de fusionarnos con ellos con tal de no perder una relación con ellos. Perpetua fue un ejemplo de fe inquebrantable por amor a Cristo, así como lo fue Pablo, quien dijo: 

«Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en Él, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerlo a Él, el poder de Su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como Él en Su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos” (Fil 3:8-11.

Cultiva una vida de fe que se enfoque en la persona de Cristo y que se sostenga de los beneficios de su obra hecha a favor nuestro, como la justificación que ha quitado la culpa y pagado por nuestros pecados otorgándonos perdón eterno, por lo que ya no vivimos en condenación, sino en una relación con Dios; la adopción que nos ha hecho hijas de Dios; la santificación que nos promete transformarnos de gloria en gloria a la imagen de Cristo; la glorificación que esperamos cuando recibamos cuerpos perfectos para vivir viendo el rostro de Dios iluminándonos como nuestro sol. ¿No es maravilloso? Cristo nos ha dado lo que ningún ser humano, gobierno, ministerio, profesión, relación o cualquier otra cosa puede darnos: libertad para seguirlo y gozo para obedecerlo porque Él es el premio mayor de nuestras almas. 

 

Aprende

¿Quién fue Perpetua?

Vive

Lee Hechos 7:54-8:3. ¿Qué nos enseña el texto sobre la actitud de Esteban? ¿En dónde estaba su confianza? ¿A quién vio en los cielos?  ¿En dónde estaba la confianza y gozo de Esteban? ¿Quién es Saulo? Lee Filipenses 3:6. ¿Qué dice de Pablo? 

Recuerda esto: Dios puede cambiar a cualquier persona que crea en Jesús para que tenga una relación eterna con Dios y su identidad sea cambiada al recibir un nuevo corazón y una esperanza firme en los cielos donde no habrá tristeza, enfermedad, injusticia ni sufrimiento.

Lidera

Comparte con alguna amiga o en tu grupo pequeño la historia de esta mujer, de manera que sean alentadas y animadas a perseverar en la fe.

 

Recursos

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/perpetua-martirio-temporal-gozo-perpetuo/

https://www.primeroscristianos.com/santas-felicidad-y-perpetua/

 

¡Únete Reformadas hoy!

Y accede a los estudios Bíblicos gratuitos que satisfacen tu alma y aumentan tu fe.

¡Da clic aquí!