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EXPECTATIVAS DE UN NUEVO AÑO

Jan 19, 2022

Bullet points:

  • Las expectativas son irreales cuando son nuestra esperanza. Confiamos tanto en ellas que olvidamos que Dios es quien controla todo.
  • Ser diligentes no es sinónimo de control, sino de respuesta. Respondemos a Dios en oración y dependencia para ser efectivas en todo.
  • El mucho hacer o la productividad no nos define ni provee el éxito permanente, lo que produce carácter es la mucha oración y la fidelidad en lo poco.
  • Planeamos porque somos humanas, pero no olvides que el hombre planea, pero Dios dirige sus pasos (Prov 16:9).

Expectativas de un nuevo año

Uno de mis pastores me dijo una vez: “No esperes nada de nadie, más bien, espera en aquel que obra en cada uno conforme a sus propósitos”. En el momento que me lo dijo no me pareció justo, porque estábamos hablando de un conflicto en una relación. Yo culpaba a la otra persona por no responder como debía y esperaba porque ambas somos cristianas.

Aprendí que no puedo poner mis expectativas en la respuesta de los demás o en mis propios planes, porque en nada tengo control. Sin embargo, a veces confiamos demasiado en ellos, o en la buena planeación que tenemos. El sabio Salomón nos lo advierte: “La mente del hombre planea su camino, pero el Señor dirige sus pasos” (Prov 16:9 NBLA). En su soberanía, Dios dirige, guía y determina nuestros pasos. En el Señor nuestras expectativas no serán defraudadas.

Diligencia

Este proverbio es verdaderamente sabio y me ha servido tanto para comprender la soberanía de Dios como mi dependencia en Él. Podemos ser muy diligentes en lo que planeamos hacer este año, pero quiero advertirte que muchas cosas no saldrán como tú has planeado. Pueden que salgan mejor  o que no salgan para nada. Lo que debes recordar es que sí tenemos una responsabilidad de obrar diligentemente en lo que Dios ya ha dicho en su Palabra.

Somos llamadas a ser diligentes en lo que hacemos recordando que es para el Señor, pero confiadas en que Él permitirá u orquestará aquello que será de bien para nuestra alma y para su gloria. En el Señor nuestras expectativas no serán ineficaces.

Productividad

Si unimos solo nuestra diligencia con nuestra productividad podemos caer en dos problemas: Primero, la mucha actividad nos definirá. Si resulta bien, estaremos alegres; si resulta mal, nos desanimaremos. Segundo, alguien tiene la culpa. No siempre somos responsables de nuestro obrar, no nos gusta equivocarnos. Pero gracias a Dios que en Él no hay temor en reconocer nuestras debilidades, de hecho, en ellas Él se hace fuerte (2 Co 12:9).

Ser productivas no necesariamente significa que somos efectivas. Hacer mucho no significa hacer lo que conviene. La producción no es lo más importante, sino lo que produces. La mucha productividad no te define, sino la calidad de lo que haces. En el Señor nuestras expectativas no serán infructuosas.

Planeación

Entonces, no te preocupes tanto por ser productiva, sino por ser efectiva. Planea, como dice el proverbio, pero recuerda a tu alma que Dios es quien determina tus pasos. Planeamos porque, en nuestra humanidad, necesitamos tomar decisiones, ordenar viajes, calendarizar actividades, y todo porque no somos Dios. Planeamos porque ser ordenadas refleja a nuestro Dios, quien es un dios de orden.

Es importante que recordemos que la planeación no puede ir desconectada de nuestro propósito en Dios: hacer todo para su gloria; de nuestro llamado: ser como Cristo; y de nuestra misión: hacer discípulos de Jesús. Ora en cada planeación, no te agobies por producir o hacer mucho, nada de lo que hagas o no afecta tu identidad y valor, solo el resultado de tus días que se tornan en enseñanzas de tu Padre.

No te condenes si no salen bien las cosas que te has propuesto, de todo aprendemos, porque en el Señor no hay condenación, solo crecimiento, exhortación y su mano bondadosa que nos guía y sostiene. Sé diligente, produce primero lo que agrada a Dios en tu corazón, y planea tomando en cuenta que tus pasos son afirmados por Él. En el Señor nuestras expectativas no serán sin propósito.

Aprende

Según lo leído, ¿qué aprendiste sobre la diligencia, productividad y planeación? 

Vive

Ora; luego escribe tus metas, viajes, planes, y al terminar, escribe el versículo de Proverbios 16:9, y que esta verdad te infunda confianza en todo lo que harás.

Lidera

Anima a una amiga a que juntas mediten en Proverbios 16:9 y propónganse orar una por la otra en cuanto a lo que han planeado.

Recursos

https://www.avivanuestroscorazones.com/mujer-verdadera/blog/la-seguridad-que-necesitas-para-el-ano-nuevo/

https://lifewaymujeres.com/donde-pongo-mis-expectativas-para-este-nuevo-ano/

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