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Jesus llora

Mar 19, 2021

Jesús lloró. Juan 11:35

 

No sé si te ha pasado, pero hay días en los que siento el peso del mundo sobre mí como un balde de agua fría. El dolor de la injusticia que veo a diario, la impotencia ante las víctimas de diversos abusos, el miedo de madres y niños abandonados, la vergüenza de las palabras y acciones de otros. Es tal el peso, el dolor que he llegado a sentir, que lo único que puedo hacer es llorar desde la profundidad de mi ser. ¿Te ha pasado? ¿Has sentido alguna vez una carga por el mundo que te rodea? A Cristo le pasó varias veces mientras estuvo en la tierra. Siendo Jesús Dios en la carne, lloró.

Cristo es Dios, por tanto, es todopoderoso, soberano, omnisciente (que lo sabe todo) y entendía que todo lo malo que sucedía a Su alrededor era un plan bueno de Dios el Padre. El dolor que sentía por lo que veía no era falta de fe, o falta de conocimiento, o falta de entendimiento, era la respuesta de un corazón humano ante la realidad de un mundo caído, en pecado. En Juan 11:35 Jesús lloró por la muerte de Su amigo Lázaro. Esto no lo tomó por sorpresa; de hecho, en Juan 11:14, Cristo les dijo a los discípulos antes de llegar a casa de Lázaro que él había muerto. La muerte de Lázaro, Jesús ya la sabía con antelación. El plan de resucitarlo también estaba en su conocimiento. Sin embargó, Jesús lloró. La Biblia no da mayores explicaciones de por qué lloró. A mi parecer, Cristo lloró porque sintió el peso de la destrucción del pecado, y aunque sabe que él es el Salvador, que regenera y redime, la realidad de la muerte a causa del pecado le pesa, le duele.

También pienso que saber el costo altísimo de la obra de redención, Su muerte, era algo muy doloroso para Él. La resurrección de Lázaro tiene todo estos matices en sí misma.

En Lucas 19:41-44 encontramos de nuevo a Cristo llorando, ahora por Jerusalén. En la antesala de Su crucifixión, Cristo mira a Jerusalén y llora. Sabe que aun con Su muerte, pocos en Jerusalén creerán en Él. Es probable (aunque la Biblia no lo dice) que el peso de la realidad del mundo caído y así como de la eterna separación de Dios, le pese y le duela.

¿Qué cosas te pesan de la vida? ¿La guerra, la injusticia, el sufrimiento, la enfermedad, la muerte? El periódico, las noticias, las redes sociales, alguna llamada inesperada, traen muerte la mayor de las veces. La Biblia dice:

Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Hebreos 4:15

Cristo no solo nos salva, sino que nos entiende en el sufrimiento. Esto es sumamente importante al mirar la cruz. Cristo, humano, Dios hecho carne, es un Salvador que siente lo dulce de las amistades, del amor, de la salud, pero también lo amargo y pesado de las tribulaciones, de las pruebas, del sufrimiento, de la debilidad y de la muerte. Él entiende. Solo dos palabras son suficientes. Jesús lloró. Esto debe darnos confianza, que quien murió en la cruz siente nuestro mismo dolor. Él ha estado en nuestros zapatos. Cuando sientas el peso de lo que acontece a tu alrededor, allí, con la cruz en mente, ora, lleva tu desesperación y dolor a los pies de Cristo, porque Él te escucha, te entiende. Cristo resucitó a Lázaro; tiene poder sobre la vida y la muerte. Cristo resucitó al tercer día; venció a la muerte. Ante el olor de muerte en este mundo, con Cristo vencerás.

 

APRENDE

  • Lee Juan 11:35 y Lucas 19:41. ¿Qué acción realizó Jesús? ¿Qué emociones crees que sintió Jesús que lo llevaron al llanto?

VIVE

  • Mateo 5:4 dice: Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
  • Las emociones que te llevan al llanto como el dolor, la tristeza, las heridas o las pérdidas no son muestra de debilidad, por el contrario, se necesita mucha fortaleza para reconocer la necesidad de llorar como forma de desahogo. Dios mismo nos ve como personas bienaventuradas al llorar, ya que de esta forma le damos la oportunidad de consolarnos.

LIDERA

  • Lee Romanos 12:15.
  • Las personas a nuestro alrededor necesitan de alguien que esté dispuesto a compartir su hombro con ellas. Probablemente no llorarás de manera literal con alguien que llora, pero en tu corazón habrá lágrimas de empatía que te llevarán a actuar a favor del otro.

 

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