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Jesus Resucita

Mar 27, 2021

Y si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él, sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, no volverá a morir; ya la muerte no tiene dominio sobre Él. Porque en cuanto Él murió, murió al pecado de una vez para siempre; pero en cuanto vive, vive para Dios. Así también vosotros, consideraos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús. Romanos 6:8-11

Otras lecturas: Salmos 16:8-11; Lucas 24:6-7; Hechos 2:30-32; 3:15; 4:33; 1 Corintios 6:14; 15:21

 

La resurrección es el pináculo de nuestra fe, pues es la aceptación del pago del Hijo y el grito de victoria en contra del pecado, del sufrimiento, de la muerte. Entender la resurrección es entender el poder de la cruz. De modo que grita conmigo: ¡¡¡No esta aquí, ha resucitado!!!

Muchos han dicho que la resurrección es el amén del Padre al tetelestai del Hijo. Sin la resurrección, Cristo habría sido simplemente un hombre más que hubiese muerto a manos de los romanos. Esto significaría entonces que la gente que murió esperando en Cristo seguiría muerta y sin esperanza, y que nosotros que hoy ponemos nuestra fe en Cristo tendríamos una esperanza en la nada. Sin la resurrección no hay esperanza de la suficiencia de la muerte de Cristo para el perdón de nuestros pecados. El hecho de que Cristo haya resucitado significa que la paga de Cristo ha sido satisfactoria. Esa es, pues, nuestra sólida y verdadera esperanza.

Durante su vida, Cristo dijo una y otra vez que Él era la resurrección y la vida, una y otra vez lo hizo. Si no hubiera resucitado, Cristo sería un mentiroso, por tanto, no sería Dios. En el principio, el Dios trino creó todo de la nada. Y Cristo, el Verbo, la Palabra de Dios, estaba ahí, creando y dando vida. Desde siempre y hasta siempre, Cristo es Dios y da vida. Es por esto que Él debía darse vida a sí mismo y mostrar que Sus palabras y Sus promesas son un fundamento eterno de las promesas que heredaremos en Él.

Con la seguridad en las promesas de Dios, puedo decirte hoy que mires hacia la cruz y que creas en Cristo. Es la fe en Él la que puede darte confianza y perdón de pecados. Mi fe en Cristo me ha dado el perdón de mis pecados. Hoy sé que he pasado de muerte a vida y que pasaré la vida eterna a Su lado. Tengo la certeza de que en Su segunda venida, mi cuerpo físico será resucitado en gloria. Yo seguiré siendo Salime, pero sin problemas de espalda ni ciática; sin problemas de enojo, amargura, comparación; sin problemas de impaciencia contra mis hijos y mi prójimo; sin problemas de lealtad de mi amor hacia Cristo. Sé que viviré en la Nueva Jerusalén que descenderá del cielo, y que todo será favorable. Sé que no habrá más lágrimas, ni muerte, ni llanto, ni dolor, porque Cristo en la cruz pagó por mis pecados y en Él soy coheredera del reino de Dios. ¿Quisieras tener lo mismo?

Oro porque este sea tu día de salvación.

 

APRENDE

  • Hechos 3:14 dice: Mataron al autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos. ¿Quién levantó a Jesús de entre los muertos?

VIVE

  • Romanos 10:8b-10 dice: Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Examina tu corazón a la luz de este pasaje. ¿Has creído que Dios levantó a Jesús de entre los muertos?

LIDERA

  • ¿Bajo qué circunstancias puedes mostrar que tu confianza está puesta en la resurrección de Cristo? Por ejemplo, cuando perdemos a un ser querido que aceptó a Jesús como su Señor y Salvador, aunque es doloroso, tenemos esperanza de que algún día lo volveremos a ver.

 

 

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