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La Terrible Realidad de la Cruz

Mar 05, 2021

Miren, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido. Muchos se asombraron de él, pues tenía desfigurado el semblante; ¡nada de humano tenía su aspecto! Del mismo modo, muchas naciones se asombrarán, y en su presencia enmudecerán los reyes, porque verán lo que no se les había anunciado, y entenderán lo que no habían oído.

Isaías 52:13


Estamos haciendo un recorrido hacia la cruz, porque esta es esplendor de la gloria de Dios. La vida perfecta, la muerte sustitutoria y la resurrección en victoria de Cristo nos muestran la justicia y el amor de Dios.

Pero cuando leemos Isaías 52:13 encontramos que la gente está asombrada. Dios en la carne, Jesús, murió de una manera terrible. Isaías dice que la gente lo vería y no lo reconocería. Jesús quedó desfigurado de tal manera que ni humano parecía. ¿No te pone esto a pensar? Dios en la cruz, desfigurado, irreconocible, muriendo. ¿Qué plan es este para salvarnos? Tú y yo seguro pensaríamos en un plan de más glamur, ¡pero no a Dios en la cruz!

Pensar así nos permite entender justo lo que pasa: desechamos el hecho de que debido a nuestros pecados merecemos morir, lo que hemos hecho estando en nuestros delitos y pecados es traición de grado cósmico al Rey de reyes. Pero minimizamos el asunto. Por lo general, tratamos con nuestro pecado como si no hubiera mucho problema. Es algo que todos hacen, de- cimos, es equis, qué puede pasar. Al minimizar el pecado hacemos menos la cruz.

La cruz es para muchos —literal— tan solo un pequeño dije al cuello muy nice, o un tatuaje muy rebelde. Pero la cruz de Cristo fue tortura, que nosotros merecíamos por nuestros pecados. La cruz es salvación a costa de la muerte de un hombre justo. Deberíamos estar asombrados como las 

naciones en Isaías. En la actualidad, en la Cuaresma se intenta hacer algo de penitencia con motivo de aquel hombre desfigurado: no comer carne, no tomar alcohol, no reuniones sociales; ir a alguna iglesia, o a la basílica de rodillas para purgar culpas. En fin, hacer cualquier obra para balancear ante Dios las obras buenas y malas del resto del año. Nos gustaría que al ser más buenas que malas balanceara nuestra cuenta con Dios. Y entonces llegar al cielo y decirle a Dios: Mira lo que hice, déjame entrar, lo gané, lo merezco. Pero Dios piensa lo contrario:

Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe, esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.- Efesios 2:8-9

No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano. - Gálatas 2:21.

De modo que todo el que quiera ser salvo va a tener que creer en Cristo, para que una vez frente a Dios digamos: No fui yo, sino lo que hizo Cristo por mí, en mí y a través de mí. Solo tú, Dios, eres digno de recibir la gloria por siempre.

Recuerda: solitas no podemos salvarnos. Intentar ser mejor y más buena conduce a la altivez y separación de Dios. Decide hoy: orgullo o humildad. Mejor, arrepentimiento. Pon tu fe en lo que Cristo ha hecho por ti en la cruz. Solo así podrás tener otra vez una relación personal con Dios que transfor- me tu desesperanza en esperanza, tu vida en vida abundante y tu eternidad en gozo eterno en la presencia de Dios.

¿Te asombra ahora la cruz?

Aprende

  • Según Colosenses 2:15, ¿sobre quién triunfó Cristo en la cruz?

 

Vive

  • Isaías 52:13 dice: Miren, mi siervo triunfará; será exaltado, levantado y muy enaltecido. Medita en este versículo y recuerda que el sufrimiento de Jesús no fue en vano.
  • Lee Gálatas 3:13. La historia bíblica nos enseña que la cruz era un instrumento de tortura en el cual eran asesinados los peores criminales. Nuestro pecado en contra de Dios, quien es santo, nos condena a una pena de muerte de tal magnitud. De no ser por Jesús que padeció en la cruz por ti y por mí, estaríamos condenados a una eternidad dolorosa y cruel. ¿Qué significa para ti el sacrificio de Cristo?

 

Lidera

  • Comparte con tus conocidos que la salvación se obtiene por la gracia de Dios. El sacrificio de Cristo en la cruz fue suficiente y no podemos añadirle nada más.

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