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¿Si Cristo es Rey, soy princesa del reino?

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¿Si Cristo es Rey, soy princesa del reino?
  • Dios no nos llama princesas del reino, nos llama hijas de Dios.
  • Ser hijas de Dios tiene la connotación de relación; la de  princesas de posición.
  • Ser hijas de Dios nos recuerda la hermosa doctrina de la adopción.
  •  Ser princesa de Dios es un lenguaje actual, no bíblico.
  •  Ser hijas de Dios nos recuerda la obra de Cristo.
  • Ser hijas de Dios nos llama a imitar y a seguir a nuestro hermano mayor, Jesús.

 

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¿Si Cristo es Rey, soy princesa del reino?

Nuestro tiempo es hoy, no el del Antiguo Testamento. La Biblia dice que aquellas mujeres que han creído en Cristo son hechas hijas de Dios por gracia y mérito absoluto de Cristo. Jesucristo es Rey, sí así es, pero nosotras no somos princesas de su reino, sino hijas de Dios que son siervas necesitadas diariamente de su obra en nuestros corazones. Con esto en mente, acompáñame a evaluar a la luz de la Palabra si somos princesas o hijas.

El amor de Dios como Padre

No hay mejor amor que aquel que nos es dado cuando no lo merecemos. No hay mejor amor que aquel que nos es dado como un regalo. No hay mejor amor que aquel que alguien mayor a nosotras nos muestra al dar su vida en rescate por la nuestra debido a nuestro pecado. Este es el verdadero amor de un Padre que llama a sus hijos pródigos, una y otra vez.

Cuando comprendemos lo que implicó la vida de Cristo en nuestro lugar, no haremos nada menos que arrodillarnos delante de Él y decir: “heme aquí tu sierva, hágase conmigo según tu voluntad!. Es por ello que cuando utilizamos frases como “soy princesa de Dios” estamos implicando como si este fuera un título ganado u otorgado por Dios según nuestros méritos. Su amor es tan maravilloso que no solo dio a su Hijo, sino que lo dio porque no había otra solución para solventar nuestra situación legal y parental con Dios.

Ser hijas de Dios es una mejor relación y posición

Dicho todo lo anterior, decir que somos princesas proviene de un lenguaje reciente para hablar de las hijas de Dios. Un lenguaje, que aun en toda su buena intención, da entender que tenemos una mejor posición, pero, ¿es el llamado de Dios? ¿Es lo que dignifica la obra de Cristo? O ¿es un nombre que nos ponemos para sentirnos más importantes?

Piénsalo, ¿en qué lugar de la Biblia vemos que Dios se refiere a sus hijas salvadas como princesas del reino? De hecho, contradice la hermosa doctrina de la adopción (Ro 8:15). Somos adoptadas como sus hijas. ¡Qué hermoso regalo! Dios es nuestro Padre y nos ha llamado a una relación de hijas con Él que durará hasta la eternidad. Una eternidad que hoy podemos disfrutar porque el Espíritu Santo de Dios habita en nuestros corazones y nos brinda una primicia de qué es una relación con Dios como nuestro Padre. 

Ser hijas también nos recuerda que estamos siendo hechas a la imagen de Jesús, el Hijo de Dios. Nos recuerda que Él es nuestro hermano mayor y que Él es a quien seguimos para imitarlo en su humanidad cuando recorrió estas tierras. Jesús es el mejor ejemplo de siervo, de hijo obediente y humilde que necesitamos ver para ser como mujeres, esposas, hijas, hermanas y amigas.

¿Princesa o hija?

Así que, la pregunta es, ¿por qué querrías llamarte princesa si el título de “hija de Dios” es aún mejor? Llamémonos como Él nos ha llamado porque Él lo ha decidido y designado así. El título de hija de Dios denota la relación que tenemos con Él y la obra que Cristo ha hecho en nuestro lugar. Es un honor ser llamadas “hijas de Dios”.

Muchas veces nos llamamos de diferentes maneras en apelación al amor de Dios y a sabernos hijas amadas de Él. Sin embargo, en nuestros días, la connotación de princesa se ha mal utilizado en nuestro contexto evangélico para denotar alguna posición más alta o una forma de amor más privilegiada. No es verdad. Todas somos hijas de Dios, no hay mayor privilegio que este, no hay mayor honor que esta verdad que durará hasta la eternidad. Como lo dice el apóstol Juan, “Miren cuán gran amor nos ha otorgado el Padre: que seamos llamados hijos de Dios. Y eso somos”(1 Jn 3:1a). 

Si quieres saber más de qué dice Dios sobre la mujer, lee nuestro artículo aquí https://www.reformadas.com/blog/diosylamujer 

 

Aprende

¿Es mejor ser princesa o hija de Dios? ¿Por qué?

Vive

Busca en el evangelio de Juan las veces que se repite “Hijo”. Escríbelas y medita en ellas para imitar como Jesús fue hijo de Dios, de manera que atesores más esta posición relacional con Dios Padre que cualquier otro título.

Lidera

Pregúntale a tus amigas y hermanas si consideran que son princesas de Dios. Si es así, comparte con ellas este artículo y oren juntas para fortalecer su relación con Dios como hijas.

 

Recursos:

https://m.facebook.com/ellahablaVerdad/photos/a.2277741952552265/2458434134483045/

https://somossoldados.org/vivamos-hijos-e-hijas-del-rey/

 

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