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¡Ayuda! Estoy dudando de mi sexualidad

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¡Ayuda! Estoy dudando de mi sexualidad
  • A pesar de saber que somos diferentes al hombre por diseño, quizá hemos tenido dudas acerca de nuestra sexualidad.
  • El pecado engaña de manera sutil.
  • La cultura ayuda mucho en el engaño del pecado. 
  • Aprender a amar el diseño de Dios nos ayduará a ver la maravillosa forma en como Dios nos creó.
  • Hay perdón de nuestros pecados, aun de los que tienen que ver con nuestra sexualidad.

 

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¡Ayuda! Estoy dudando de mi sexualidad

Por Karla de Fernández

Quizá hayas leído o escuchado desde hace tiempo el pasaje de la Biblia que dice que: «Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó» (Gn. 1:27). En este pequeño versículo, el Señor nos deja ver que Él solo creó dos sexos y cada uno de ellos tiene características únicas que nos diferencian uno del otro. 

Somos mujeres. Tenemos un cuerpo que nos recuerda que somos mujeres. Tenemos órganos reproductores que, si está en la voluntad de Dios, en algún momento podremos tener hijos. Tenemos cromosomas que son distintos al hombre y otras características que científicamente denotan que somos diferentes uno del otro (Scheraldi, 2023).

Quizá aun sabiendo esto tengas dudas acerca de tu sexualidad. Puede ser que estés pensando que naciste en el cuerpo incorrecto, con la sexualidad incorrecta. Puede ser que tus gustos y anhelos se parezcan más a los que pudiera tener cualquier joven de tu edad y no a los de una mujer. Puede ser que tengas atracción hacia una compañera del colegio y eso también te haya hecho dudar de tu sexualidad.

El pecado engaña

Te tengo una noticia: esos son efectos del pecado en el corazón. Todos en la historia de la humanidad luchamos constantemente con el pecado en nuestros corazones. No todos luchamos con las mismas tentaciones, pero todos hemos sido impactados por los efectos del pecado. Tu pecado y el mío, necesitan ser confesados para que puedan ser perdonados y tengamos acceso a una nueva vida.

El pecado nos engaña, distorsiona la realidad, nos ciega a la verdad, aunque la tengamos frente a nuestros ojos. Engaña de tal manera que, aunque Dios diga que no debemos caer en sus mentiras, nuestro corazón tiende a poner sus ojos en el pecado y dudar de las palabras de Dios. El mayor ejemplo de eso lo vemos en la vida de Eva, cuando fue engañada para desobedecer a Dios, y creyó (Gn 3:1-5). 

El pecado nos engaña. Hoy lo vemos con claridad en la cultura de este tiempo, cuando les dice a nuestras niñas y jovencitas que cada quién es libre de elegir lo que quiere ser en cuanto a su sexualidad. Sin embargo, ese es un engaño que no solo trae confusión, sino que, con el paso del tiempo, trae mucho dolor, porque luchar contra el diseño de Dios es una batalla perdida. Al principio, esa mentira parece inofensiva, pero después lastimará a quien la haya creído y a los que están cerca de ella. 

Es probable que, aun sabiendo acerca del diseño de Dios y estando convencida de que fue Dios quien determinó que fueras mujer, aun con todo eso, nunca te hayas sentido completamente mujer porque no eres femenina según los estándares del mundo. Quizás, como hace poco me confesó una de mis alumnas: «Preferiría no ser mujer, las mujeres no tenemos tantos beneficios como los tienen los hombres». Y aunque en esto último tiene un poco de razón, quiero compartir contigo algunas palabras que pueden animarte y aclarar las dudas que puedas tener de tu sexualidad. 

Ámate como Dios te creó

Ámate a ti misma, pero no de la manera en que el mundo nos enseña. No te ames por egoísmo, ni por superioridad, sino porque Dios te creó. Fue Él quien te diseñó, quien te tejió en el vientre de tu madre (Sal 139:13) quien te formó como mujer. Fue Dios quien decidió las características físicas que tienes, el color de tu piel, el grosor de tus labios, el número de tus cabellos. Fue Dios quien decidió que fueras mujer. ¿Y sabes algo más? Todo lo que Dios ha hecho es bueno, bueno en gran manera. No se equivocó contigo. 

Ama el diseño de Dios en ti. Ámate porque Dios te formó. Ama tu feminidad, aunque parezca que no es como el mundo dice que debe ser o parecer una mujer. Ama que puedas ir creciendo en el conocimiento de Dios y lo que dice la Palabra en cuanto al diseño de la mujer. Pero, sobre todo, ama al Dios que te creó. Su verdad es más preciosa que cualquier mentira que el mundo quiera venderte. No rechaces la feminidad, no rechaces el diseño de Dios en ti.

Preséntate delante de Dios

Hay un versículo en la Biblia que dice: «Pero ahora, oh Señor, Tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y Tú nuestro alfarero; obra de Tus manos somos todos nosotros» (Is. 64:8). Necesitamos reconocer que Él es nuestro Creador, que Él nos creó y no nosotras a nosotras mismas (Sal 100:3). 

Tenemos el regalo de ir ante el trono de Dios gracias a la obra de Cristo en la cruz. Podemos ir confiadas, sabiendo que nuestros pecados han sido perdonados y que tenemos libertad en Cristo. Reconoce delante del Señor tu inconformidad con tu sexualidad, háblale honestamente de las dudas que tengas acerca de tu orientación sexual. 

Confiesa todo pecado que puedas estar guardando en el fondo de tu corazón. Dios los conoce, no te rechazará, no se sorprenderá por ellos. Abre tu corazón delante del Señor; pídele que sea Él quien te llene de su amor y transforme la forma en la que te percibes, para que puedas verte como Él te ha diseñado. Ve, arrodíllate delante de Dios y confiesa tus pecados. Créeme, fiel es nuestro Dios para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Jn 1:9). ¡No demores en presentarte ante Él! El Señor es el único que puede saciar tu alma (Sal 107:9).

No estás sola

Por último, recuerda que las luchas seguirán. Habrá ocasiones en las que dudarás nuevamente, pero no tienes por qué luchar a solas. Dios nos ha provisto de una familia en Cristo a quienes podemos acudir a solicitar ayuda. No camines sola. Busca en tu iglesia local a una mujer mayor, una anciana en la que puedas confiar y que te modele la feminidad, pero más importante, que te recuerde el evangelio, que te dirija a Cristo cada vez que sea necesario, que ore contigo y por ti (Pr 3:5-6). Vive un día a la vez, no desmayes.

 

Aprende 

  • ¿De qué manera la feminidad bíblica te ayuda a contrarrestar los efectos del pecado al dudar de tu sexualidad? 
  • ¿Cómo crees que podrías crecer en el conocimiento del diseño de Dios para ti?

Vive 

  • Lee 2 Corintios 5:17 y hazlo una oración. Recuérdale a tu alma que ahora en Cristo eres una nueva persona. Eres una nueva creación, ¿puedes ver lo maravilloso que es eso?

Lidera

  • Comparte con alguna mujer que esté teniendo dudas con su sexualidad. Recuérdale que en Cristo no solo hay perdón de pecados, sino esperanza para vivir en libertad y plenitud. 

 

Referencias

Scheraldi, C. (8 de marzo de 2023). ¿Qué es una mujer?. Coalición por el Evangelio. https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/que-es-una-mujer/

 

Recursos

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/varon-hembra-aprovechando-nuestras-diferencias/

 

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