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Consejos para relacionarte con tu suegra

amor dios evangelio nuera prójimo suegra Apr 17, 2024
Consejos para relacionarte con tu suegra
  • Aunque la sociedad hace burla de la relación suegra y nuera, Dios nos llama a hacer su voluntad en esta relación como en cualquiera.
  • Resolver los conflictos con nuestra suegra puede parecer imposible, por eso, la Biblia nos llama a examinarnos y practicar el evangelio con ella.
  • Nuestro mayor problema es nuestro pecado a la postre de esta relación, por lo que, recordar que hemos recibido amor, perdón y salvación por gracia, nos ayudará a verla diferente para dar lo que por gracia hemos recibido.
  • La Biblia nos llama a unirnos a nuestro esposo, cuidarlo, honrarlo y sujetarnos a Él, pero también, a vivir separados de nuestro hogar como sabiduría práctica.
  • Sin embargo, orar, servir, cuidar y preocuparnos por nuestra suegra, en la medida que podamos, es lo que agrada a Dios, velando por lo que a nosotras nos compete, más que en cómo es ella.
  • Confía en que Dios ve lo que haces por tu suegra y hará justicia en su tiempo, ya sea que ella lo agradezca o no

 

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Consejos para relacionarte con tu suegra

Se cuenta que desde los tiempos de Roma la relación entre la suegra y la nuera es difícil, indicando que la suegra es la mala de la historia. Se presenta a la suegra como la manipuladora, la piedra en el zapato de la nuera y la ladrona de la autoridad patriarcal de su hijo. Además, siempre se entromete en la relación con su hijo y nietos. Sin embargo, esta no es la historia que la Biblia nos presenta acerca de las suegras ni es la manera en que debemos verlas, a pesar de ellas, pero sobre todo, a pesar de nosotras, las nueras.

Historias de la Biblia

La Biblia nos presenta historias de vida comunes y corrientes, es decir, historias con situaciones complicadas con las cuales nos identificamos. Por eso, sabemos que Dios está en todos los asuntos de nuestra vida. Tomemos dos ejemplos diferentes. El primero, el más famoso: la relación de Rut y Noemí.  Seguramente has escuchado mucho sobre esta historia, solo quiero recalcar algo importante, Noemí necesitó a Rut y Rut necesitó a Noemí. Su relación está permeada de la gracia y misericordia de Dios porque se enfocaron en sobrevivir, es decir, tenían una meta en común. Aunque Noemí se llenó de amargura por la soledad que la invadió, Dios no le proveyó lo que deseaba, le proveyó lo que necesitaba: una nuera y una situación para que ella verdaderamente alabara al Señor y confiara en Él. Aunque Rut decidió quedarse con Noemí, quizá por compasión, Dios usó a Noemí para que Rut conociera a Dios y viviera para Él.

Y qué me dices de la suegra de Pedro. La Biblia dice: «La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y enseguida hablaron a Jesús de ella. Él se le acercó, y tomándola de la mano la levantó, y la fiebre la dejó; y ella les servía» (Mr 1:30-31), y Lucas dice: «y le rogaron por ella» (Lc 4:38b). Esta historia se encuentra en los tres evangelios sinópticos indicando la preocupación de los discípulos por la suegra de Pedro. Ella era valorada entre ellos. Opuesto al reclamo de Dios hacia su pueblo que se había apartado de Él:

«No se fíen del vecino,

Ni confíen en el amigo.

De la que reposa en tu seno,

Guarda tus labios.

Porque el hijo trata con desdén al padre,

La hija se levanta contra la madre,

Y la nuera contra su suegra;

Los enemigos del hombre son los de su propia casa» (Mi 7:5-6).

El evangelio nos llama

Lo cierto es que la relación entre suegra y nuera enfrenta problemas porque es parte de las relaciones familiares que todos tenemos, y es aún más difícil porque se trata de mujeres buscando aceptación y autoridad. Las suegras son importantes dentro de una familia, no digamos en las generaciones familiares. Nosotras también seremos suegras algún día, seguramente quisieras que te consideraran así. Aunque pensemos y expresemos que no seremos como nuestra suegra, terminaremos encontrando que el problema no es necesariamente ella, sino el pecado.

Si lo vemos así, entonces podemos recurrir a la única ayuda que existe contra el pecado: el evangelio de Cristo Jesús. El evangelio nos recuerda que somos salvas por gracia, que nuestro peor pecado fue pagado en la cruz de Cristo y que el amor que Dios tiene por nosotras es gracias a su gran misericordia mostrada en su Hijo. Nuestra contribución a la salvación fue traer nuestro pecado en arrepentimiento y fe de que Él nos está haciendo nuevas para su gloria y para el servicio de otros, incluyendo a nuestra suegra. Si tu suegra no es creyente, sigue siendo tu prójimo, y la Biblia nos dice cómo tratarla: «Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo». Pero Yo les digo: amen a sus enemigos y oren por los que los persiguen, para que ustedes sean hijos de su Padre que está en los cielos» (Mt 5:43-45).

Si tu suegra es creyente, Pablo nos enseña cómo tratarla en Filipenses 2:3-5: 

«No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en ustedes esta actitud que hubo también en Cristo Jesús».  

Sí. Quizás estás pensando: «es que ella no conoce a mi suegra o no sabe lo que ella me ha hecho» o «yo sé lo que tengo que hacer, pero es difícil» (tácitamente, no quiero hacerlo y mejor huyo de mi responsabilidad delante de Dios). Lo entiendo, al final, todas somos difíciles o complicadas para otra persona, y seguro también hemos dañado a otras, incluyendo a nuestra suegra. Por eso, el evangelio sigue siendo la balanza que nos pone a todos en el mismo lugar: necesitadas de la gracia de Dios.

Sé intencional

Así que, habiendo asentado las bases bíblicas, pensemos en actitudes y acciones prácticas que agradan al Señor y que buscan no solo amar de labios para afuera, sino con la intención de servir, bendecir y evangelizar a nuestra suegra. La Biblia sí dice que, cuando nos casamos, no solo somos una sola carne, sino que dejemos nuestro hogar (Gn 2:24), esta distancia es sabia. La Biblia nos advierte de no amar más a nuestra suegra que a Jesús con tal de recibir aprobación o no tener problemas con nuestro esposo (Mt 10:35). La Biblia nos enseña a no despreciarla, especialmente si es viuda (1 Ti 5:3-9, 16; Stg 1:27).

Dicho esto, lo primero es orar por ella, pero, no solo orar por orar, pide a Dios por salvación, si es el caso, o por su corazón, sus necesidades, y también ora por ti para perdonarla (si lo necesitas hacer), y sobre todo, ora pidiendo a Dios ocasiones para servirla. Seguramente sabes qué necesita o qué le gusta, puedes enviarle un pastel o tomarte un café con ella de vez en cuando para hablar de ella. Sé intencional en estas cosas, y cuando estén en reuniones donde usualmente es el escenario para desacuerdos, hazle saber que su opinión importa o su consejo, aunque no termines haciéndolo. Tú eres responsable de tu trato, sentimientos y pensamientos hacia ella, no de su respuesta, y Dios lo ve. Él obra, en esto confía.

 

Aprende

¿Cómo puedes cultivar una mejor relación con tu suegra?

Vive

Lee Rut 1:14-15. Podrías pensar que Noemí está siendo víctima de sus palabras, pero medita: ¿por qué Rut se quedó con ella? ¿Qué hubieras hecho tú en su situación? ¿Te hubieras quedado? Si es así, ¿por qué? Y si no te hubieras quedado, como Orfa, ¿por qué no? Que estas respuestas te ayuden a examinar tu corazón y traerlo delante de Dios para ser más intencional en tu relación con tu suegra.

Lidera

Invita a comer a tu suegra y dile cuánto la amas y agradeces por ella. Y si no puedes por cualquier motivo, ora por ella. Si ya falleció, habla bien de ella.

 

Recursos

https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/las-suegras-y-las-nueras/

https://mujeres.lifeway.com/amando-a-mi-suegra/

 

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